5 FORMAS DE AMAR A NUESTRO PASTOR

Celebrando el día del pastor en nuestra iglesia este domingo que pasó, me puse a pensar de que formas puedo llevar acciones para mostrarle amor. Quisiera compartir en este artículo algo en lo que he estado reflexionando, en Timoteo las Escrituras nos recuerdan el valor y prestigio de un pastor.

17 Los líderes que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la enseñanza. 1 Timoteo 5: 17 NVI

Sin duda alguna el trabajo de un pastor es de reconocerse, como lo podemos ver en el libro de Timoteo, pero debido a que quizás escuchar predicar a nuestro pastor cada domingo por la mañana sea algo cotidiano para nosotros, sinceramente a veces nos olvidamos del mérito que las Escrituras nos mencionan y quizás no meditamos en lo que conlleva dicho oficio. Primeramente, ser pastor conlleva exponer y enseñar la Palabra de Dios de una manera cuidadosa en el sentido de que pararse al frente en el púlpito no es cualquier cosa, el pastor debe estudiar la Biblia y escoger cuidadosamente sus palabras para expresar y comunicar lo que Dios quiere decirle a su iglesia por medio del sermón. Segundo, cuidar y alimentar a su rebaño (pastorear la iglesia) es una tarea de toda la vida y es una labor que requiere constancia y disciplina; cuidar y alimentar es una tarea que el pastor debe repetir innumerables veces porque parte de su llamado consiste en ayudar a que el rebaño que tiene a su cargo crezca y madure. Además, no se trata de un rebaño cualquiera, sino del rebaño del Rey de reyes y Creador del universo, a quién, en algún momento, nuestros pastores van a rendir cuentas.

Recordar lo anterior me pone a pensar: ¿Qué estoy haciendo yo para ayudar a mi pastor? ¿Estoy aportando ánimo o desanimo? ¿He contribuido a que su labor sea más fácil? quizás no tengamos todas las respuestas, sin embargo quisiéramos hacer algo para mostrar amor al pastor. Aquí te dejo solo cinco formas en las que puedes comenzar a practicar; obviamente no son las únicas, pero pienso que podríamos comenzar con ellas.

1. Estima al pastor y anima su ministerio (Hebreos 3:13 NVI).

Considerar a alguien es una muestra de cariño y de amor. A veces las cosas más simples son de gran valor, puedes acercarte al pastor y preguntarle directamente si tiene alguna petición de oración o si necesita que ores específicamente por alguna situación de su vida. Considerarlo también podría ser simplemente invitarlo a comer a tu casa, ten presente que compartir la mesa es un tiempo para fortalecer relaciones y también es una oportunidad de servicio hacia el pastor.

Por otro lado, las palabras de ánimo siempre son reconfortantes y bienvenidas en cualquier momento de nuestras vidas. Recordemos que un pastor es un ser humano como nosotros, con debilidades y fortalezas, con desánimos y con tristezas. Muchas veces vemos a los pastores como si ellos no pasaran por problemas o pareciera que no lidian tanto con éstos; sin embargo, lamento decirte que no es así, también los pastores pecan y están siendo tentados por el enemigo, ellos también lidian con tareas cotidianas, como las del hogar, o pueden batallar con el estrés en el tráfico a la hora pico. Además de todo ello también tienen que hacer frente a los problemas de la iglesia.

Pongamos a volar nuestra imaginación, piensen en un pastor con una semana muy apretada y agenda saturada: Lunes recibe una llamada de un matrimonio el cual tiene problemas y le piden consejería; el martes tiene una discusión con su esposa; el miércoles tiene reunión de consistorio y el presupuesto de la iglesia no alcanza para reparar un área del local; el jueves le piden ir a visitar a un miembro de la iglesia al hospital; el viernes tiene que atender a unos miembros que necesitan reconciliarse porque tuvieron una discusión el domingo anterior; el sábado debe prepararse para el sermón; y el domingo tiene que estar con toda la actitud y reverencia para el culto de la iglesia.

Ahora ¿no te parece que le vendría bien alguna palabra de ánimo el domingo que lo saludes? Pueden ser palabras simples como: «mi familia y yo estamos orando por ti», «pastor, te agradezco por tu ministerio y el tiempo que le dedicas a la iglesia», «reconozco y agradezco por tu disciplina para preparar cada domingo el sermón», «pastor, somos bendecidos por tu vida y por la de tu familia, sigue manteniéndote firme en la fe», etc.

2. Orar por él y su familia (Efesios 6:18).

La oración por nuestro pastor debería ser una tarea que los miembros deberíamos hacer constantemente. La familia juega un papel importante en la vida de todos nosotros, considerar a su familia también es de mucha ayuda para él. He mencionado ya situaciones en las que los pastores experimentan tristeza, desanimo y frustración, es probable que las anteriores sean las emociones con las que los pastores lidian más seguido, pero nosotros como su rebaño podemos ayudarle a hacer frente a cada situación que él y su familia estén viviendo.

En la iglesia «Encuentro Con Dios» hemos entregado este domingo un libro con un reto de 30 días de oración, con la intención de animar a la iglesia a amar a nuestro pastor con acciones de oración; si bien la palabra reto puede generar en nuestra mente la idea que es por un periodo de tiempo definido, o quizás estemos pensando que no sería la motivación adecuada, nuestra intención es animarles a que consideren al pastor en oración a lo largo de todo el año, no solo este mes. Dejaré el link del libro de oraciones al final de este articulo para que puedas descargar el PDF y se pueden unir en oración por nuestro pastor. Si por alguna razón se les dificulta descargarlo, pueden acercarse el domingo en la mañana con algunos de los líderes para tratar de entregarles una copia si nos es posible.

3. Perdónalo y se paciente con él (Colosenses 3:13).

Recordemos que Jesús nos dice que no hay nadie bueno, ni tan sólo uno. Todos en la iglesia somos humanos y por lo tanto podemos cometer errores, nuestro pastor no es la excepción. Quizás se equivoque en alguna situación contigo o llegue a cometer algún error en su calidad de hombre, pero recordemos que estamos llamados a perdonar; por muy difícil que esto sea debemos practicar también el perdón con nuestro pastor.

Muchas veces tenemos una imagen o modelo favorito de pastor, por ejemplo algunos quisieran un pastor más administrativo y organizado para que se enfoque en todos los problemas del local, otros quisieran un pastor que sea extrovertido, algunos talvez les gustaría que se le facilite ir a visitar las casas de cada uno de los miembros, por otro lado hay personas que quisieran que su pastor fuera un excelente expositor de la Palabra y manejara el púlpito a la perfección; sin embargo te recuerdo que los pastores, al igual que nosotros, están en proceso de crecimiento, algunos más que otros y quizás nunca cumplan un modelo perfecto que cubra todas las cualidades. A pesar de todo esto te animo a que no pongas una barrera con nuestro pastor por los prejuicios o expectativas que tenemos, se paciente con él, no pierdas la fe en que Dios sigue moldeando el carácter y las habilidades de nuestro pastor.

4. Lleva las cargas junto con él (Gálatas 6:2).

A lo largo de nuestra vida cristiana seremos tentados a pecar dentro y fuera de la iglesia, habrá situaciones en las que estemos involucrados o simplemente nos preocupen como se están llevando a cabo, si consideras que la situación puede ser manejada por el pastor creo que debes informárselo. Muchas veces damos las situaciones por sentado y pensamos que él ya lo debería saber, mas no es así. Aunque hay circunstancias en las que el pastor estará mejor calificado para atenderlas, habrá muchas otras donde los miembros de la iglesia o los líderes deberán hacer un esfuerzo para resolverlas

Como miembros estamos llamados a la unión y somos embajadores de la paz, tratemos de no dar cabida a los chismes y evitar que el enemigo intente hacer divisiones entre los miembros de la iglesia; como parte de ésta, no deberíamos ser una carga más para nuestro pastor, ya que también nosotros estamos llamados a la unidad. No es solo responsabilidad del pastor resolver conflictos y problemas, también entre los miembros de la iglesia podemos llevar las cargas unos con otros. ¿No crees que si practicamos el amor unos a otros y buscamos siempre la paz podríamos ayudarle a aligerar la carga?

5. Respetemos su día de descanso (Levítico 23:3).

Este punto es bastante sencillo, pero puede ser de mucha ayuda. Dado que el sábado y el domingo son los días con más actividad en la iglesia la mayoría de los pastores se toman su descanso entre semana, pregúntale al pastor cuál es su día de descanso para evitar interrumpir un día que como humanos sabemos que es necesario para descansar física y emocionalmente.

Dios nos permita poder cuidar de nuestro pastor, así como él cuida de nosotros.


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Referencias que me ayudaron a elaborar este articulo: