Pbro. Jose Luis Cardona Rdz.
Juan 9: 1-12 NBLA
Curación de un ciego
9 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y Sus discípulos le preguntaron: «Rabí[a], ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?». 3 Jesús respondió: «Ni este pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Diosse manifiesten en él. 4 Nosotros debemos[b]hacer las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar. 5 Mientras estoy en el mundo, Yo soy la Luz del mundo».
6 Habiendo dicho esto, escupió en tierra, e hizo barro con la saliva y le untó el barro en los ojos al ciego, 7 y le dijo: «Ve y lávate en el estanque de Siloé» (que quiere decir Enviado). El ciego fue, pues, y se lavó y regresó viendo.
8 Entonces los vecinos y los que antes lo habían visto que era mendigo, decían: «¿No es este el que se sentaba y mendigaba?». 9 «Él es», decían unos. «No, pero se parece a él», decían otros. Él decía: «Yo soy». 10 Entonces le decían: «¿Cómo te fueron abiertos los ojos?». 11 Él respondió: «El hombre que se llama Jesús hizo barro, lo untó sobre mis ojos y me dijo: “Ve al estanque de Siloé y lávate”. Así que fui, me lavé y recibí la vista». 12 «¿Dónde está Él?», le preguntaron. Y él les dijo*: «No lo sé».
Sermones
El nombre de Dios
El Dios celoso
El único Dios
Escuchando la voz del buen pastor
El buen pastor
Ceguera espiritual: 2º acto
Ceguera espiritual: 1er Acto
El gran ¡Yo soy!